Uno de los aspectos que más asperezas levanta ante la comunidad de propietarios es el estado de los suelos de la comunidad. En ese espectro podemos incluir los distintos accesos al edificio, las escaleras, zonas de ascensor y por supuesto los rellanos de cada planta. La agradable sensación de un edificio limpio se consigue con una adecuada limpieza de la comunidad. El suelo 'sufre' el transito de personas, las mudanzas, el paso del tiempo y el uso de productos de limpieza. Todo ello hace necesaria una acción de 'peeling' del suelo de la comunidad. Para que el suelo de la comunidad recupere su brillo hay que valorar distintos aspectos relacionados con el material empleado en el propio suelo y por supuesto adecuar los productos de limpieza para que le afecten lo menos posible. Abrillantar el suelo de la comunidad no es una tarea 'ocasional' donde todo vale. El abrillantado es una labor de mantenimiento que se recomienda mantener en el tiempo. Realizar un correcto abrillantado de los suelos comunitarios requiere el uso de productos profesionales y maquinaria industrial manejada por operarios con experiencia. Podemos agrupar los tipos de suelo en tres supuestos generales:
- TERRAZOS Y MARMOLES:
- Limpieza con sales.
- Abrillantado con ceras.
- Cristalizado.
- GRANITOS:
- Tratamiento especial.
- No debe usarse lana de acero, ya que lo rallaría sin es nuevo.
- Si es viejo, utilizar cristalizador para mantener el brillo.
- GRES Y PORCELANAS:
- No se abrillantan.
Años sin un adecuado mantenimiento. La utilización de productos de limpieza inadecuados. Las manchas por derrame de líquidos o productos que pueden afectar el brillo en zonas heterogéneas del suelo. La labor de abrillantado puede mejorar la visón general del suelo de la comunidad pero no obrar milagros. El abrillantado de los suelos nos sirve para protegerlo de eso ataques externos, muchas veces involuntarios. Además de una tarea de recuperación del suelo es un trabajo de prevención. Si el brillo del firme esta apagado a pesar del servicio de limpieza quizás es el momento de actuar y abrillantar el suelo de la comunidad.