La limpieza de parkings (público o privado) puede ser dificultosa debido a la contínua entrada y salida de gente y vehículos, ya que suelen estar abiertos las 24 horas del día, y además se trata de lugares dónde se suele acumular gran cantidad de suciedad.
En los parking son frecuentes manchas muy resistentes, como las de aceite, que al no poder ser limpiadas al momento, se fijan de una forma profunda en el suelo y en las paredes, al igual que el propio humo que desprenden los coches.
Además, debido a las características de las manchas y la suciedad que acumula y lo amplio de la superficie, un parking no puede ser limpiado por cualquiera, pues es necesaria maquinaria concreta y personal especializado.
La empresa de limpieza que se encargue del mantenimiento de un parking no debe jamás olvidar la limpieza de las puertas del parking y de los sanitarios, pues si lo hace podría provocar infecciones a los clientes del lugar y/o deterioro de las puertas.
Aunque la maquinaria y los productos usados para la limpieza de un parking difieren de los utilizados para otros lugares, el procedimiento si que tiene algo en común, primero se debe barrer y luego fregar el suelo, ambas acciones con máquinas especiales.
Despues de ello habrá que proceder a la limpieza de las paredes y tras esto les toca a los aseos, que deben limpiarse con bastante asiduidad por la variedad de gente que va pasando por ellos y tras esto hay que dedicarse a las puertas, para que la suciedad no haga que se atasquen o estropeen.
También se deben limpiar las señales, las garitas del personal que trabaje en el parking, incluidos cristales, hay que vaciar las papeleras regularmente, evitando así que los propios clientes ensucien el suelo tirando ahí las cosas que no tienen cabida en las papeleras.
No se debe olvidar tampoco realizar a menudo la limpieza de la maquinaria propia del parking, los aparatos de iluminación, ascensores y escaleras y más ocasionalmente la de tuberías, pues si se produzcen atascos en las mismas por falta de higiene, tendríamos que llamar a un fontanero.