Será la limpieza del futuro automática

La historia nos enseña que los cambios sociales más radicales han tenido lugar como consecuencia saltos tecnológicos de gran envergadura. Así ocurrió en el campo de las comunicaciones mediante la invención del ferrocarril, el telégrafo o el motor de combustión interna. La tecnología es un elemento de liberación a largo plazo. Pero en el corto plazo, no cabe duda de que toda innovación técnica conlleva una serie de costes sociales que no siempre se han abordado de forma no traumática.

Pero si algo se ha de corregir de la Revolución Industrial, es que en las consecuencias sociales de los grandes avances tecnológicos de la humanidad deben analizarse detenidamente las ventajas e inconvenientes.

La revolución de la limpieza

Enfocándonos en la limpieza de instalaciones o la limpieza viaria, en la actualidad podemos observar cómo un robot se encarga de la limpieza del hogar, o cómo un camión-regadera se encarga de limpieza viaria. Posiblemente esta tecnología ha generado un ahorro importante en las arcas públicas municipales, así como mayor productividad de los empleados.

Los nuevos robots de limpieza han supuesto un gran alivio en muchos hogares. Además, esta nueva tecnología para limpiar, contribuye a un menor riesgo de estados insalubres en multitud de viviendas cuyos dueños no disponen del tiempo necesario para dedicar a la limpieza del hogar.

Por otra parte, el robot de limpieza puede haber generado una merma sustancial en las ganancias de empleados por cuenta propia. Es la otra cara en la nueva tecnología para limpiar.

Limpiar las ciudades inteligentes

Los planes urbanísticos más desarrollados han diseñado ciudades inteligentes (smart cities) con avances tecnológicos de primer orden que facilitarían el tránsito, la sostenibilidad ambiental y las comunicaciones fluidas.

Parece fácil advertir que la nueva tecnología de la limpieza facilita esa ardua tarea. Pero, ¿esto significa que es prescindible el factor humano en las tareas de limpieza? Hasta ahora, todos los avances que se han dado en este sector incrementan la productividad, pero el recurso fundamental para la eficacia de la limpieza sigue siendo el ser humano.

Tanto para la puesta en marcha de la maquinaria como para garantizar la seguridad en la aplicación de las mismas, el factor trabajo sigue cumpliendo una función que, si bien se hace menos angustiosa, es igualmente ineluctable. No obstante, no hay que obviar la conocida frase del eminente sociólogo Jeremy Rifkin, en la que asegura que durante el siglo XXI, debido al avance tecnológico, solo será necesaria un 5% de la población mundial para producir el 100% del Producto Interior Bruto.

A pesar de que el sector de la limpieza también ha sido objeto de grandes innovaciones tecnológicas, puede decirse que comparativamente ha sido de los menos afectados, y aún hoy día es uno de los sectores económicos más intensivos en factor trabajo, especialmente en la limpieza de instalaciones municipales, centros de trabajo y mantenimiento y limpieza de comunidades.

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